Novelas románticas para adolescentes: ¿nos hemos parado a leer lo que cuentan?

Hace un tiempo, compré un libro recomendado para chicas de 13 años. Lo abrí y, sinceramente, me quedé en shock. No solo tenía un lenguaje basto y vulgar, sino que, además, normalizaba relaciones íntimas mucho antes de lo recomendable, con descripciones mucho más explícitas de lo que nos imaginamos.

 

Y no es un caso aislado.

 

Cada vez más, las novelas románticas para adolescentes insisten en que ciertas cosas son lo normal, aunque en la realidad sean mucho menos habituales de lo que parece.

 

  • Relaciones LGTB presentadas como si fueran lo más común.
  • Sexo a edades muy tempranas, tratado como si fuera lo lógico y esperado.
  • Escenas íntimas descritas con un nivel de detalle que hace unos años habría sido impensable en un libro juvenil.

 

Y todo esto, sin filtros.

 

Sin contexto, sin cuestionamiento, sin una voz que diga: «Oye, igual esto no es tan normal ni tan bueno como te lo están vendiendo.»

 

Y la pregunta es:

 

¿Nos estamos fijando en lo que leen nuestros hijos?

 

No es solo el contenido, sino cómo lo presentan

Porque no se trata solo de que hablen de ciertos temas. Se trata de cómo los presentan.

 

  • Lo que no es tan habitual, lo convierten en mayoría.
    Lo que debería ser una decisión con sentido, lo muestran como algo impulsivo y sin consecuencias.
  • Lo que necesita madurez, lo meten en personajes de 13-14 años como si fuera lo más normal del mundo.

 

El problema no es solo que estos mensajes estén en algunos libros. El problema es que los adolescentes los leen sin filtros. Y cuando no hay filtro, lo que leen se convierte en referencia.

 

¿Tenemos que hacer de censores? Pues sí, a veces sí.

Yo he tenido que hacerlo.

He censurado páginas.
He eliminado ciertos libros.
Y en otras ocasiones, me he sentado a explicar el contenido para que mi hija entendiera por qué eso no es una historia de amor sana.

 

No se trata de prohibir por prohibir.

 

Se trata de darles herramientas para que sepan diferenciar lo que es una relación sana de lo que no lo es.

Y esto no es solo una batalla con los libros. Es con las series, las películas, los influencers de turno…

 

Si queremos que aprendan lo que es el amor de verdad, tenemos que mostrarles otras historias

Historias que hablen de amor real.
De respeto.
De decisiones que pesan.
De personajes femeninos fuertes que no necesitan dejar de serlo para ser queridas.

Porque si no les damos alternativas, otros lo harán por nosotros.

 

Así que, sí.


Leamos lo que leen.


Hablemos con ellos.


Mostremos otras formas de contar una historia de amor.

 

Porque lo que leen importa.

 

Nos leemos pronto.

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