Feminidad bien entendida: ni sumisas, ni imitaciones de hombres

Me gusta cuidarme y que me cuiden

Voy a decirlo claro: me gusta arreglarme, sentirme femenina y que me cuiden.


Y no, no pasa nada por decirlo.

 

Hoy en día, hablar de feminidad tradicional parece un tabú.


Si dices que te gusta que te mimen, que te abran la puerta o que te digan que estás guapa, te llaman retrógrada o machista.


Como si disfrutar de ser mujer fuera un problema.

Pero la feminidad no es sumisión.
Y el feminismo radical nos está desdibujando.

 

¿Qué está pasando con la feminidad?

Nos han vendido la idea de que, para ser fuertes, tenemos que hacernos las duras, rechazar lo que nos hace femeninas y despreciar el papel del hombre.

 

  • Critican a los hombres, pero bailan reguetón con letras que nos denigran.
  • Piden respeto, pero aplauden conductas que nos rebajan a meros objetos.
  • Luchan por la igualdad, pero insultan a las mujeres que viven su feminidad con naturalidad.

 

Hemos pasado de una época en la que la mujer tenía que estar sometida, a otra en la que parece que tenemos que convertirnos en copias de los hombres.

 

Y yo digo no.

 

Ser mujer no es un error a corregir

Nos gusta arreglarnos.
Nos gusta sentirnos queridas.
Nos gusta cuidar y que nos cuiden.

 

Porque la verdadera relación entre hombres y mujeres no va de competir, sino de complementarse.
No se trata de quién es más fuerte o quién depende de quién, sino de reconocer lo que cada uno aporta.

 

  • Las mujeres tenemos una fortaleza increíble, pero eso no significa que no queramos apoyo, protección y cariño.
  • Igual que a los hombres les gusta sentirse admirados, a nosotras nos gusta sentirnos valoradas.

 

No es una cuestión de sumisión, sino de reconocer el valor de cada uno sin necesidad de anular al otro.

 

Educar en feminidad: lo que nuestras hijas deben saber

Porque lo que estamos haciendo con ellas es peligroso.

 

  • Les enseñamos que no necesitan a los hombres, pero luego las vemos llorar porque no encuentran a alguien que las valore.
  • Las educamos en la autosuficiencia absoluta, pero nadie les explica cómo compartir la vida con otra persona.
  • Les decimos que tienen que luchar por la igualdad, pero les dejamos escuchar canciones que las tratan como objetos.

 

Y luego nos preguntamos por qué están tan perdidas.

Ser mujer no es algo de lo que haya que huir.
Es algo que hay que vivir con orgullo, con equilibrio y sin complejos.

 

¿Qué significa vivir la feminidad con orgullo?

  • Ser femenina sin sentirse inferior.
  • Disfrutar de lo que nos gusta sin pedir perdón.
  • Vivir nuestra fortaleza sin convertirnos en copias de los hombres.

 

Así que, sí, me gusta estar mona.
Sí, me gusta que me cuiden.
Sí, me encanta la feminidad bien vivida.

Y no, no voy a pedir perdón por ello.

Nos leemos pronto.

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